Perdonar es olvidar una agresión; sin embargo, en la masonería, esta Virtud es reemplazada por la de la Tolerancia, que es la alta comprensión del acto agresivo. Los que "toleran" no se acobardan, ni dejan de sensibilizarse, sino que comprenden que el agresor obedecía impulsos que no pudo controlar, como la pasión y la emoción. Las “Posturas” masónicas disciplinan este control, y por esta razón, la práctica de la Tolerancia se vuelve viable para el Masón. Perdonar (perecer y dar) significa entregarse. Cuando un animal enojado nos ataca, una mirada amorosa, un gesto amoroso es suficiente para conquistarlo. Quien ataca espera una reacción, luego procede con la agresión; la agresión no correspondida desarma al agresor. La reacción amorosa es el resultado de una disciplina, es decir, un ejercicio que el Masón aprende en las sesiones de su Logia. El perdón, casi siempre, es una acción posterior a la agresión, cuando debería ser inmediata. No confunda Tolerancia y Perdón con Coba...