LAS PREGUNTAS DEL COMPAÑERO MASON
EL SIMBOLO Y EL RITO MASONICO DE LA CADENA DE
UNION
La cadena de unión es sin duda alguna uno de
los símbolos más significativos de entre todos los que decoran la Logia
masónica. Se trata de un cordel que rodea todo el templo por su parte superior.
Esta situación en lo "alto" le da una connotación celeste, confirmada
por los doce nudos que aparecen de trecho en trecho a lo largo de todo el
cordel, los cuales simbolizan los doce signos del zodíaco. Esos nudos se
corresponden, además, con las doce columnas que excepto por el lado de Oriente
también rodean el recinto de la Logia. Cinco de esas columnas están situadas en
el lado de Septentrión, otras tantas a Mediodía, y las dos restantes -las
columnas J y B- a Occidente.
Para comprender esta simbólica habría que
tener en cuenta que la Logia es, ante todo, una imagen del mundo, y como tal
debe existir en ella una representación de lo que constituye el
"marco" mismo del cosmos, que es propiamente el zodíaco. Muchos
recintos o santuarios sagrados -al igual que las ciudades edificadas según las
reglas de la arquitectura tradicional-, siendo la proyección en la tierra del
orden celeste, están de una u otra manera "enmarcados" por las
constelaciones zodiacales. Es el caso, por ejemplo, del Ming-Tang chino, del
Templo de Jerusalén (y su arquetipo la Jerusalén Celeste), de muchas fortalezas
templarias, y en construcciones tan antiguas como puedan ser el crómlech
megalítico de Stonehenge. Asimismo, los masones operativos, y en general los
artesanos constructores de cualquier sociedad tradicional, se servían de un
cordel para determinar la posición correcta de los templos o catedrales, que
siempre y de forma invariable, estaban orientados según las direcciones del
espacio señaladas por los cuatro puntos cardinales, exactamente igual que la
Logia. Ahora bien, como menciona René Guénon "... entre las funciones de
un 'marco' quizá la principal es mantener en su sitio los diversos elementos
que contiene o encierra en su interior de modo de formar con ellos un todo
ordenado, lo cual, como se sabe, es la significación misma de la palabra
'cosmos'. Por consiguiente, la cadena de unión masónica vendría a significar,
considerada desde el punto de vista metafísico, exactamente lo mismo que la
"cadena de los mundos": un símbolo que resume el conjunto de todos
los estados, seres y mundos que conforman la manifestación universal, los
cuales subsisten y están ligados entre sí por el "hilo de Atmâ"
(sûtrâtmâ), es decir por su hálito o espíritu vivificador.
Además de la cuerda anudada que rodea la Logia
y el cuadro, existe un rito en la Masonería que también recibe el nombre de
cadena de unión. Se trata de aquel que está constituido por el entrelazamiento
que forman las manos, con los brazos entrecruzados, de todos los integrantes
del taller, lo cual, precisamente, tiene lugar alrededor del cuadro de la Logia
y de los tres pilares de la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza momentos antes de
clausurar los trabajos. En primer lugar, habría que decir que la cadena de
unión es uno de los ritos masónicos que más directamente aluden a la
fraternidad masónica, la que, en efecto, está sustentada en los lazos de
armonía y concordia que entre sí ligan a todos los masones. Dicha fraternidad
representa, por tanto, el fundamento mismo sobre el que se apoya la propia
organización iniciática y tradicional. En este sentido, el entrelazamiento de
manos y brazos configura una trama cruciforme que evoca la imagen de una
estructura fuertemente cohesionada y organizada.
Por consiguiente, y según se desprende de esta
oración masónica, la unión encadenada y fraterna se convierte en el soporte
horizontal y psicosomático (terrestre), sobre el que "descenderán"
-estimulados por la plegaria- los beneplácitos (bendiciones) de la influencia
espiritual o supra-individual -"Tu celeste Luz"-, posibilitando así
una vía de comunicación axial entre el cielo y la tierra, o como se dice en
lenguaje masónico, entre la Logia de lo Alto y la Logia de Abajo. Es decir, que
a través de la invocación lo que se pretende esencialmente es la comunicación
con las energías celestes (las Ideas o atributos creadores del Arquitecto
universal) cuya acción espiritual ha conformado -y conforma permanentemente- la
realidad simbólica, ritual y mítica (es decir, cosmogónica y metafísica) de la
organización iniciática. Al mismo tiempo, en el rito de la cadena de unión se
concentra la entidad colectiva constituida por todos los antepasados que
realmente participaron en la Tradición y su conocimiento, y de los que se dice
moran en el "Oriente Eterno" (la Logia celeste). Dicha entidad se
hace una en comunión con sus herederos actuales, esto es, con los masones que,
habiendo recibido y comprendido (en la medida que sea) el mensaje de su legado
tradicional, contribuyen hoy en día a mantenerlo vivo y actuante.
Las individualidades, o mejor, la idea de lo
individual y lo particular que cada componente de la cadena pudiera tener de sí
mismo, desaparece como tal para formar un solo cuerpo que vibra y respira a una
misma cadencia rítmica. La cadena de unión deviene así un círculo mágico y
sagrado donde se concentra y fluye una fuerza cósmica y teúrgica que asimilada
por todos y cada uno de los integrantes de la misma les permite participar del
verdadero espíritu masónico y de su energía salutífera y regeneradora.
No es entonces de extrañar que durante el
transcurso del rito de la iniciación, el neófito reciba simbólicamente la
"luz" integrado en la cadena de unión, lo cual es perfectamente
coherente en una tradición en la que el rito y el trabajo colectivo desempeñan
una función eminente como vehículos de transmisión de la influencia espiritual.
Or.´. de Durango,
Dgo., 23 de Julio de 2010 E.´. V.´.
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COMP.´. M.´. OSCAR
LEONEL ROMÁN LÓPEZ
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