A.’.L.’.G.’.D.’.G.’.A.’.D.’.U.’.
Trabajo de Buril “EL MANDIL DEL COMPAÑERO DESCRIPCIÓN GENERAL”
Comp.’. Mas.’. de la Resp.’. Log.’.Simb.’. UNIÓN Y FUERZA no. XXI
La
palabra MANDIL viene de la voz latina “MANTILE”, la que también se traduce como
sinónimo de “MANDIL-LANDIN”, en el primer caso y en términos profanos, se
refiere a un trozo de tela impermeable que se sujeta al cuerpo a la altura de
la cintura por medio de una Cuerda o Cinta, afecta diferentes formas y tamaños
y sirve para proteger las ropas del individuo que lo usa durante los trabajos
rudos; también se refiere al nombre que recibe el trozo de cuero que usan los
Soldados de la Banda de Guerra, con el fin de preservar la antepierna del
pantalón, de las rozaduras que producen los arillos de los tambores; y en el
segundo caso se trata de un pedazo de bayeta que se pone sobre el lomo de los
caballos y bajo la silla de montar; pero también en el primer caso, recibe los
nombres de DELANTAL y de PECHERA, el delantal es de tela común y corriente, por
lo regular lo usan las amas de casa, los cocineros, las niñeras, etc., y la
pechera que cubre desde el cuello, es de hule o gamuza, lo usan los pintores,
escultores, panaderos, carniceros, herreros, campesinos, etc., con las mismas
finalidades de protección a sus prendas de vestir.
El
mandil está allí para protegernos de nuestros trabajos de debastamiento de la
piedra bruta; pero está allí también, para que hablar honestamente entre
nosotros no sea motivo ni causa de satirizar orgullos personales, está para
resguardar nuestra fraternidad en medio de un clima de honesta discusión, por
esa razón el mandil de los masones, cualquiera que sea el grado que ostenten,
debería ser de piel de cordero, blanca, pura y sin mancha, de ninguna otra
tela, género o material que la substituya, puesto que eso irremediablemente
destruye por completo el carácter emblemático, simbólico, alegórico y
filosófico que contiene dicha divisa.
Desde
luego y en principio, hay que hacer notar que al cordero se le considera como
el símbolo de la inocencia, por cuya razón, también su piel blanca como el
armiño es alegórica de la pureza; consecuentemente son dos de las cualidades y
virtudes que la masonería busca y distingue en sus iniciados, para poderlos
admitir en su seno, como hombres independientes: de la misma manera, es
por lo que el verdadero mandil masónico debe ser de piel de cordero, pura y sin
mancha, de forma cuadrangular, con solapa que afecta la figura de un Triángulo
con el ribete hacia abajo, y únicamente deben adornarlo las alegorías y
símbolos, propios de las enseñanzas de cada uno de los grados en que se
trabaja, pero sin tomar en consideración ninguna otra figura que pueda alterar
su simbolismo, enseñanza o interpretación; en este caso, el blanco es
representativo del trabajo, el dinamismo, la actividad y en general de todo
aquello que indique la laboriosidad, el adelanto y el progreso humanos, por esa
razón se le considera también como alegórico del día, es decir, de las horas
que tarda el sol para recorrer el espacio, en su carrera de oriente a
occidente.
El
mandil del aprendiz es un cuadrado con una solapa triangular levantada en la parte
superior, el aprendiz debe proteger estas zonas mientras va conociendo y purificando
todos los aspectos del alma que ellas simbolizan; además esta forma recuerda la
de la piedra cúbica en punta, que es la meta que persigue. En el grado de
compañero, el mandil es el mismo, pero con la solapa triangular doblada hacia
abajo, sobre el cuadrado, en señal de su mayor habilidad y dominio del mundo
anímico.
El
mandil es al masón como el cuerpo físico es al hombre, representa al masón
mismo, nos recuerda que aquí todo el trabajo se hace a través del plano físico,
que visto así no resulta un nivel inferior, sino el plano substancial en el que
la esencia se encarna para poder así tomar parte en la gran Construcción
Universal. Como el propio cuerpo físico, porta las huellas de la vida vivida y
del trabajo realizado. Como todos los símbolos tiene diferentes planos de
lectura y en él, todo es significativo: la forma, el color, el tejido, el lugar
que ocupa sobre el cuerpo. El mandil de los Aprendices es blanco. Refleja
así nuestra buena voluntad y pureza de intención: hemos pedido la Luz, buscado
la Verdad y hemos llamado a las puertas del Templo. En los restantes grados
sigue teniendo un fondo blanco, recordando esta rectitud de intención que debe
acompañar siempre el trabajo del Masón. El mandil no debe confundirse con un
uniforme cuya intención es dar una única expresión exterior a todos los que lo
portan. El mandil es más bien uno de los signos de pertenencia a un medio de
trabajo, el de la construcción, que en nada persigue el uniformismo sino la
consecución de la universalidad. El mandil tiene tres partes: Una triangular,
una cuadrada y unas cintas que lo rodean y sostienen. Como el propio cuerpo
humano parece tener cabeza, tronco y extremidades: el plano interior, el plano
exterior y la trama universal que todo lo relaciona.
Finalmente,
el mandil como elemento de la honestidad entre los masones, va más allá de un
trabajo en tenidas dentro de nuestro taller, masones sin mandil en un mundo
profano donde cada vez es más evidente la falta de una construcción de
cimientos sociales fuertes y encauzados en los tiempos volátiles por los que
atravesamos en nuestra globalización, es pues, recordar que nuestra era vulgar
se encuentra en una vorágine sin valores, en un mundo donde no existen los
héroes, empero, en una pregunta a mis hermanos, ¿Cuánto tiempo duramos sin
ponernos un mandil?
Bibliografía
Adolfo Terrones Benitez, A. L. (sin año). Los 33 temas
del aprendiz masón. santa cruz bolivia: www.upasika.com.
ARTRUO E. POWELL, S. V. (2006). LA
MAGIA DE LA FRANCMASONERIA. MEXICO DF : BERBERA.
FERNANDEZ, C. E. (2012). EL TEMPLO DEL
COMPAÑERO. MASONERIA, 44.
WIRTH, O. (2006). EL LIBRO DEL
COMPAÑERO. CIBELES.
COMP.’. MAS.’.
EVERARDO CERECERO MARTINEZ
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