Un aspecto genérico de la creación es su mortalidad, porque en los tres reinos la vida es fugaz, incluso en el reino mineral.
El período de la vida puede ser corto o prolongado, pero nunca eterno.
Las creencias religiosas aceptan la inmoralidad en su triple aspecto: materia, espíritu y
alma.
Ejemplificado por el rapto del profeta Elías y Jesús, desde Buda hasta Mahoma, muchos aceptan que la materia puede "elevarse" a otros planos, o en el reino de los cielos, sin destruirse a sí misma.
Son conceptos muy íntimos que tienen suficiente fe para aceptar la profecía evangélica de que los justos, al final de los tiempos, serán "raptados", por lo tanto, no podrán pasar por la muerte, lo que constituye un "castigo".
La masonería no lucha contra la inmortalidad material, sino que fija su posición sobre la inmortalidad del espíritu y el alma.
Todo hombre repele la muerte e inconscientemente se convence a sí mismo de que es inmoral.
El masón debe vivir esta esperanza, ya que la "transición" de un estado de conciencia a otro, se aclarará gran parte de lo misterioso.
Vivir adecuadamente siempre indica una posición privilegiada como "pasaporte" para la vida futura, desde más allá, desde el Oriente Eterno.
La inmortalidad es un premio; por lo tanto, cada esfuerzo en la lucha por un logro es válido.
El período de la vida puede ser corto o prolongado, pero nunca eterno.
Las creencias religiosas aceptan la inmoralidad en su triple aspecto: materia, espíritu y
alma.
Ejemplificado por el rapto del profeta Elías y Jesús, desde Buda hasta Mahoma, muchos aceptan que la materia puede "elevarse" a otros planos, o en el reino de los cielos, sin destruirse a sí misma.
Son conceptos muy íntimos que tienen suficiente fe para aceptar la profecía evangélica de que los justos, al final de los tiempos, serán "raptados", por lo tanto, no podrán pasar por la muerte, lo que constituye un "castigo".
La masonería no lucha contra la inmortalidad material, sino que fija su posición sobre la inmortalidad del espíritu y el alma.
Todo hombre repele la muerte e inconscientemente se convence a sí mismo de que es inmoral.
El masón debe vivir esta esperanza, ya que la "transición" de un estado de conciencia a otro, se aclarará gran parte de lo misterioso.
Vivir adecuadamente siempre indica una posición privilegiada como "pasaporte" para la vida futura, desde más allá, desde el Oriente Eterno.
La inmortalidad es un premio; por lo tanto, cada esfuerzo en la lucha por un logro es válido.
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