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LA PLOMADA

Es una herramienta indispensable en la construcción (albañilería o diversos artefactos de piedra, madera, plásticos, etc.), ya que la verticalidad del trabajo le da estabilidad; una pared afuera de la plomada tenderá a colapsar.

En la vida debemos construir dentro de la Plomada; cualquier desviación será perjudicial en todos los sentidos, incluida la moral.

Jehová había dicho: "He aquí, pondré una plomada entre mi pueblo"; Por lo tanto, no nos equivocaremos al afirmar que en la vida es la representación divina; un instrumento que nos hace cumplir la trayectoria determinada para nosotros; Sí, somos libres, pero siempre que manejemos el Nivel y la Plomada, que son condiciones para superar cualquier obstáculo y sortear cualquier estorbo.

La Plomada caracteriza la función del Segundo Vigilante; Él es quien lo usará para corregirnos durante nuestro viaje.

El masón que duda sobre el uso de la Plomada debe buscar a su Vigilante y aconsejarle que haya equilibrio y rectitud en su trabajo. La Plomada puede ser manejada por nosotros, como uno puede manejarla en nosotros; si lo usamos adecuadamente, se prescindirá de la ayuda de aquellos que tienen el deber de "aplomarnos” o “enderezarnos".

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