Para desbastar la piedra áspera, usamos cincel;
Para pulirlo y limpiarlo usamos el pincel, que es un instrumento más delicado y preciso.
El masón no puede hacer nada sin la ayuda del cincel; el cincel, sin embargo, es utilizado por el Venerable Maestro o por los Vigilantes o por nosotros mismos.
El Venerable Maestro y los Vigilantes usarán el mallete para golpear el buril; por su forma, el mallete es solo un mazo pequeño ; Es un instrumento contundente, pero más suave.
El Venerable de la Logia no es el único "supervisor" de nuestro comportamiento, ni tampoco lo son los Vigilantes.
Nuestra humildad debe aceptar a los "más autorizados" como consejeros, nunca refute el consejo y la orientación, ya que son expresiones dirigidas a nuestro bien.
No son los defectos y las grandes acciones inconvenientes las que más nos perjudican, sino esas actitudes mínimas que generalmente demostramos, que parecen inocentes, pero que contienen veneno, que nos transforman de piedra pulida a piedra áspera.
Usemos el cincel para eliminar los bordes pequeños, y el mallete para golpear las asperezas; luego estaremos en la dirección correcta del sendero masónico.
Para pulirlo y limpiarlo usamos el pincel, que es un instrumento más delicado y preciso.
El masón no puede hacer nada sin la ayuda del cincel; el cincel, sin embargo, es utilizado por el Venerable Maestro o por los Vigilantes o por nosotros mismos.
El Venerable Maestro y los Vigilantes usarán el mallete para golpear el buril; por su forma, el mallete es solo un mazo pequeño ; Es un instrumento contundente, pero más suave.
El Venerable de la Logia no es el único "supervisor" de nuestro comportamiento, ni tampoco lo son los Vigilantes.
Nuestra humildad debe aceptar a los "más autorizados" como consejeros, nunca refute el consejo y la orientación, ya que son expresiones dirigidas a nuestro bien.
No son los defectos y las grandes acciones inconvenientes las que más nos perjudican, sino esas actitudes mínimas que generalmente demostramos, que parecen inocentes, pero que contienen veneno, que nos transforman de piedra pulida a piedra áspera.
Usemos el cincel para eliminar los bordes pequeños, y el mallete para golpear las asperezas; luego estaremos en la dirección correcta del sendero masónico.
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