TRAZADO DE ARQUITECTURA “CONOCERSE A UNO MISMO: GÉNESIS”
28 DE JUNIO E.´.V.´. 25 SIVAN 5779
Antes del Principio existía el Cero (0). En el principio
existió el uno (1). La Eterna Letra "O" envolvía la Eterna Letra
"I". El seno Ilimitado de la circunferencia ocultaba el Eterno Radio.
Antes del principio existía el Verbo sin manifestación porque no había llegado
el principio. La "I" era envuelta en la "O"; el Saber en el
Poder y la Inteligencia en la Imaginación. Había el Espacio, pero vacío de la
Forma. Había el "AQUELLO", pero no había el "AQUEL". La
duración envolvía el tiempo; la Conciencia envolvía la Mente; el Pasado
contenía el Futuro, el Número estaba preñado del Fenómeno.
No había la Trinidad porque no se manifestaba la Unidad;
no existían los Siete, porque no existía la Trinidad; no se manifestaban los
Doce por la ausencia de los Siete. Con todo, los Doce yacían en los Siete, los
Siete en los tres, los tres en el UNO y el UNO en el NO SER. La Circunferencia
sin límites absorbía el Todo: Padre, Madre, Hijo, Espíritu, Alma, Cuerpo;
Esencia, Sustancia, Materia. La Esencia había aspirado la Sustancia, la
Sustancia inhaló la Materia, la Infinita Circunferencia absorbió al TODO.
Espíritu, Alma y Cuerpo tenían el Ser en el No Ser, sin embargo, nada Existía. No
había perfección porque no había Manifestación. No había aroma porque no había
flor. No había la creación porque no había la necesidad. No había el efecto
porque no se manifestaba la CAUSA. Había la Inspiración o la Inhalación
retenida sin la Respiración Exhalada. La Existencia palpita en el seno de la no
Existencia; el Futuro visible en lo Eterno Invisible. No era la Nada en la
Nada; era el Ser en el No Ser. La causa sin causa envolvía la existencia. La
Oscuridad Luminosa absorbía la Luz oscura; la Eternidad envolvía los tiempos.
En el Útero de la Eternidad se movían las tinieblas porque era hora de dar a
Luz: EL HIJO. La Luz Absoluta era Tinieblas; el poder Absoluto era inacción.
No había Principio porque no existían principios; ni polaridades
porque no existía el centro. No había el poder Imaginativo, IMAGINACION, para
manifestar su espíritu creado: no vibraba el Espíritu para emanar el Alma; no
existía el saber para modelar el cuerpo. Esto fue Antes del Principio. En el
principio el Uno asume en el Cero y Forma todos los números. En el principio la
Eterna letra "I" se manifiesta en la "O" y el YO forma todo
el Cosmos. El Radio se traza en la Circunferencia y mide la Eclíptica. "En
el Principio era el Verbo y el Verbo era con Dios y por el Verbo, todo lo que
es hecho fue hecho." El Aquello manifestó el Aquel y la forma ocupó el
Espacio. El tiempo midió la duración; la mente vislumbró la conciencia y el
Noúmeno alumbró el Fenómeno.
El UNO dividió el Cero en Dos formando las dos polaridades
para convertirse en ellas en Trinidad. La Trinidad emanó los Siete, de los
Siete brotaron los Doce y el No Ser se hizo Ser; sin embargo, el No Ser sigue
oculto en el Ser, los Doce en los Siete, los Siete en los Tres y los Tres en el
Uno Yo. La Eterna Letra "O" exhaló de sus entrañas la Eterna letra
"I-O" y la "I" centro de la "O" forma dos polaridades:
Atracción y Repulsión; pero la causa de la atracción y de la repulsión se mueve
en la línea recta y las tres fuerzas: extensión, repulsión y atracción forman
la "A" o triángulo dentro de la "O" (A): Espíritu, Alma,
Cuerpo, se hicieron carne en absoluto.
De aquí las Tres Fuerzas manifiestan su
acción y permiten la perfección en la manifestación. La flor expidió su aroma,
la necesidad creó y la causa manifestó el efecto. El Aliento Aspirado exhaló y
lo visible tuvo el Ser de lo Invisible; la Luz Oscura brilló en la Oscuridad Luminosa.
El cambio manifestó el tiempo en el útero de la Eternidad. En el Principio se
expresaron dos principios: Masculino y Femenino. En el Principio Absoluto vibró
de dentro hacia fuera el Espíritu; el Espíritu emanó el Alma y el Alma
construyó el Cuerpo-Forma.
M.’.M.’.
EVERARDO CERECERO MARTINEZ
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