Es la ruptura de un juramento.
La masonería, de una manera práctica, amenaza con los castigos más crueles a cualquiera que deshonre su juramento.
El perjurio es difícil de verificar, ya que no involucra cuestiones relevantes.
El perjurio puede prohibirse en la Orden; sin embargo, esto nunca sucedió porque los juramentos realizados no son más que actos iniciáticos que cesaron con el ceremonial.
En realidad, sin embargo, el francmasón carece constantemente de “compromisos asumidos”, como el principal, de amar a su hermano.
La asistencia que el Masón debe brindar a su Logia debe ser completa y sin reservas; sin embargo, lo que ves es descuido y desinterés.
Es triste ver que el Masón hoy no es el Iniciado en el que la Orden depositó su confianza y esperanza.
Ojalá todos los francmasones pudieran detenerse en un momento para meditar sobre su actuación y su comportamiento.
¡Es tan simple ser amable, amigable y fraternal!
El más difícil de los compromisos de cumplir, sin duda, ¡es la tolerancia!
Es el camino más corto hacia el derramamiento de amor fraternal.
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