Se traduce en "viejos preceptos". Se atribuye al investigador James O. Haliwell, que no era masón, en el año 1839, haber encontrado en el Museo Británico un viejo pergamino en forma de libro; Haliwell, notando que era un pergamino masónico raro, lo publicitó y lo editó en 1840, bajo el título de “Manuscrito Regius”.
El manuscrito consiste, en parte, en papeles encuadernados que forman libros, y en parte en rollos; la fecha en que se escribió no estaba perfectamente definida, pero debe haber sido alrededor de 1390. Por lo tanto, se considera el documento más antiguo que existe.
Es un poema compuesto por 794 versos y comienza con la siguiente oración: "Aquí comienzan las Constituciones del Arte de la Geometría según Euclides".
Estas "gemas" o “preciosidades” aún no se han publicado en algunos países, sin embargo, hay un resumen en México en el libro de José Gonzales Ginório, cuyos ejemplares son de fácil adquisición.
Sin embargo, los investigadores masónicos ingleses se esfuerzan por encontrar nuevos documentos, incluso con la ayuda de arqueólogos, ya que la Masonería puede no haber surgido solo en el milenio en el que nos encontramos.
Cada Masón debe esforzarse en esta investigación y ayudar a sus Logias a formar bibliotecas para darles a todos la oportunidad de conocer la historia real de la Institución.
El manuscrito consiste, en parte, en papeles encuadernados que forman libros, y en parte en rollos; la fecha en que se escribió no estaba perfectamente definida, pero debe haber sido alrededor de 1390. Por lo tanto, se considera el documento más antiguo que existe.
Es un poema compuesto por 794 versos y comienza con la siguiente oración: "Aquí comienzan las Constituciones del Arte de la Geometría según Euclides".
Estas "gemas" o “preciosidades” aún no se han publicado en algunos países, sin embargo, hay un resumen en México en el libro de José Gonzales Ginório, cuyos ejemplares son de fácil adquisición.
Sin embargo, los investigadores masónicos ingleses se esfuerzan por encontrar nuevos documentos, incluso con la ayuda de arqueólogos, ya que la Masonería puede no haber surgido solo en el milenio en el que nos encontramos.
Cada Masón debe esforzarse en esta investigación y ayudar a sus Logias a formar bibliotecas para darles a todos la oportunidad de conocer la historia real de la Institución.
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