Es del Este donde nace toda la luz, en varios aspectos astronómicos, esotéricos o espirituales.
El sol sale del este para disipar la noche y se pone en el oeste para iluminar el otro hemisferio en su trayectoria aparente; Este pasaje de luminosidad marca la fracción de tiempo llamada día.
El sol no sale exactamente al mismo tiempo; Según las estaciones, esta aparición difiere de segundos y minutos.
Oriente es el lugar donde el Venerable Maestro con su trono, desde donde ordena la Logia.
Oriente significa orientación, cada ser humano tiene su propio Oriente específico e individual, dentro de sí mismo o en la Naturaleza donde vive físicamente, siendo una parte intrínseca de él. La ciudad donde se encuentra una Logia Masónica se llama Oriente.
Para los cristianos, el salvador surgió del Este, así como el sol "sale" a diario, la salvación surge a diario, dando al ser humano la oportunidad permanente de armonizarse con su Creador.
La masonería acepta que el masón, después de su muerte física, entra en un Eterno Oriente, un lugar místico, situado en otro plano, totalmente desconocido. En el momento de "desencarnación", con lucidez, el masón debe esperar ansiosamente este "paso" de un estado de conciencia a otro, más real y sublime.
El sol sale del este para disipar la noche y se pone en el oeste para iluminar el otro hemisferio en su trayectoria aparente; Este pasaje de luminosidad marca la fracción de tiempo llamada día.
El sol no sale exactamente al mismo tiempo; Según las estaciones, esta aparición difiere de segundos y minutos.
Oriente es el lugar donde el Venerable Maestro con su trono, desde donde ordena la Logia.
Oriente significa orientación, cada ser humano tiene su propio Oriente específico e individual, dentro de sí mismo o en la Naturaleza donde vive físicamente, siendo una parte intrínseca de él. La ciudad donde se encuentra una Logia Masónica se llama Oriente.
Para los cristianos, el salvador surgió del Este, así como el sol "sale" a diario, la salvación surge a diario, dando al ser humano la oportunidad permanente de armonizarse con su Creador.
La masonería acepta que el masón, después de su muerte física, entra en un Eterno Oriente, un lugar místico, situado en otro plano, totalmente desconocido. En el momento de "desencarnación", con lucidez, el masón debe esperar ansiosamente este "paso" de un estado de conciencia a otro, más real y sublime.
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