La lámpara primitiva se presentaba como un recipiente que contenía aceite y una mecha que, encendida, producía una llama amarillenta, emitiendo un tenue hilo de humo y olor acre, iluminando, tenuemente, el medio ambiente. La parábola de las vírgenes temerarias, quienes, al no haber logrado suministrar aceite a sus lámparas, lo trajeron a toda prisa, pero perdieron el momento en que llegó el novio; Estas vírgenes imprudentes se quedaron afuera y no pudieron participar en el cónyuge.
La lámpara siempre ha sido la expresión de la fe, porque la Luz producida simboliza la luminosidad que recibe de Dios.
En los templos religiosos se coloca la lámpara votiva, alimentada con aceite y que permanece encendida constantemente; En algunos templos masónicos se usa esta lámpara, aunque no es parte del ritual masónico.
La lámpara votiva encendida permanentemente significa la presencia constante de la divinidad.
La lámpara fue la primera herramienta inventada para producir luz. Más tarde fue reemplazado por la vela de cera de abejas.
Se dice que las escrituras sagradas son la lámpara para los ojos.
Se han usado velas en ceremonias místicas; los gases que salen de la llama y los residuos de la cera quemada complacen a Jehová, es decir, es parte del incienso del templo y esto, por tradición, sigue en uso en la masonería. Aunque se consume, la vela continúa iluminándose, un ejemplo para la vida masónica.
La lámpara siempre ha sido la expresión de la fe, porque la Luz producida simboliza la luminosidad que recibe de Dios.
En los templos religiosos se coloca la lámpara votiva, alimentada con aceite y que permanece encendida constantemente; En algunos templos masónicos se usa esta lámpara, aunque no es parte del ritual masónico.
La lámpara votiva encendida permanentemente significa la presencia constante de la divinidad.
La lámpara fue la primera herramienta inventada para producir luz. Más tarde fue reemplazado por la vela de cera de abejas.
Se dice que las escrituras sagradas son la lámpara para los ojos.
Se han usado velas en ceremonias místicas; los gases que salen de la llama y los residuos de la cera quemada complacen a Jehová, es decir, es parte del incienso del templo y esto, por tradición, sigue en uso en la masonería. Aunque se consume, la vela continúa iluminándose, un ejemplo para la vida masónica.
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