Una sola oración puede expresar una filosofía completa.
En masonería cada grado tiene su propio lema.
La masonería simbólica utiliza el lema de la Revolución Francesa, con un ligero cambio: "libertad, igualdad y fraternidad";
La Masonería Filosófica adopta: Deus Meumque Jus.
Se pueden nombrar otros lemas o monedas: Ordo ab Cha;
Lux ex Tenebris;
En Hoc Signo Vinces;
Ne plus ultra;
Spes mea en Deo est.
Estas consignas se explican en latín y, por tradición, permanecen en ese idioma.
En general, los lemas están escritos en las pancartas o en los logotipos de papel por correspondencia.
El efecto esotérico de un lema es el sonido vibrante de cada palabra cuando se emite en un templo.
Cada vibración penetra en el ser como si fuera un charco mágico, curando enfermedades.
Cada masón debe seleccionar por sí mismo, después de la iniciación, además del nombre simbólico recibido, un lema.
"¡Yo ganaré!" "Seré un ganador", son lemas que alientan la victoria.
El masón nunca se desespera, porque tiene los medios para reaccionar contra cada desgracia.
En masonería cada grado tiene su propio lema.
La masonería simbólica utiliza el lema de la Revolución Francesa, con un ligero cambio: "libertad, igualdad y fraternidad";
La Masonería Filosófica adopta: Deus Meumque Jus.
Se pueden nombrar otros lemas o monedas: Ordo ab Cha;
Lux ex Tenebris;
En Hoc Signo Vinces;
Ne plus ultra;
Spes mea en Deo est.
Estas consignas se explican en latín y, por tradición, permanecen en ese idioma.
En general, los lemas están escritos en las pancartas o en los logotipos de papel por correspondencia.
El efecto esotérico de un lema es el sonido vibrante de cada palabra cuando se emite en un templo.
Cada vibración penetra en el ser como si fuera un charco mágico, curando enfermedades.
Cada masón debe seleccionar por sí mismo, después de la iniciación, además del nombre simbólico recibido, un lema.
"¡Yo ganaré!" "Seré un ganador", son lemas que alientan la victoria.
El masón nunca se desespera, porque tiene los medios para reaccionar contra cada desgracia.
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