Todo ser humano pasa por una enfermedad y, siendo masón, cuenta con el apoyo de la Fraternidad; un miembro frágil debe ser apoyado, tanto por afecto como por asistencia médica y, sobre todo, espiritual por el poder esotérico de la Cadena de la Unión.
La enfermedad supone el deber de "visita"; la persona hospitalaria tiene esta responsabilidad y los días de la reunión debe informar a la Logia sobre la salud del hermano enfermo.
Como la logia está formado por eslabones, cuando uno de ellos se ve afectado por la enfermedad, la logia completa se ve afectado; por lo tanto, incluso por interés común, la Logia debe hacer todo lo posible para recuperar la salud de ese hermano enfermo; cuando regrese a la Logia será motivo de gran alegría.
El masón enfermo se siente más apegado a la Logia, esperando la visita de los Hermanos; cuando esta visita no se lleva a cabo, hay una gran frustración, y ciertamente afectará a todos, ya que, además de ser recordado por el paciente, hay un desprecio y una ruptura en el compromiso de visita.
El hermano que ama a su hermano obviamente lo atenderá en momentos de necesidad. Cada masón, cumpliendo con su deber, hace que la familia se sienta segura, ya que si hoy disfrutamos de salud, mañana podemos ser esa persona enferma que espera ansiosamente las visitas.
Es en la Cadena de la Unión donde todos expresan los deseos de una pronta recuperación.
La enfermedad supone el deber de "visita"; la persona hospitalaria tiene esta responsabilidad y los días de la reunión debe informar a la Logia sobre la salud del hermano enfermo.
Como la logia está formado por eslabones, cuando uno de ellos se ve afectado por la enfermedad, la logia completa se ve afectado; por lo tanto, incluso por interés común, la Logia debe hacer todo lo posible para recuperar la salud de ese hermano enfermo; cuando regrese a la Logia será motivo de gran alegría.
El masón enfermo se siente más apegado a la Logia, esperando la visita de los Hermanos; cuando esta visita no se lleva a cabo, hay una gran frustración, y ciertamente afectará a todos, ya que, además de ser recordado por el paciente, hay un desprecio y una ruptura en el compromiso de visita.
El hermano que ama a su hermano obviamente lo atenderá en momentos de necesidad. Cada masón, cumpliendo con su deber, hace que la familia se sienta segura, ya que si hoy disfrutamos de salud, mañana podemos ser esa persona enferma que espera ansiosamente las visitas.
Es en la Cadena de la Unión donde todos expresan los deseos de una pronta recuperación.
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