La expulsión es un acto de destierro definitivo de la orden masónica, después de un juicio previsto por los códigos y la constitución masónica.
Antes de la eliminación general y definitiva, el Masón debe ser excluido de su Logia; después de que el Gran Maestro ratificará el acto y hará la comunicación al "mundo masónico" sobre esa eliminación.
Esotéricamente, sin embargo, ningún Masón puede ser eliminado, porque tiene como antecedente el ser iniciado; ¡La iniciación es un "nuevo nacimiento", es obvio que nadie puede eliminar ese nacimiento!
El francmasón que tiene la culpa, grave o no, debe ser juzgado, pero la sentencia nunca será eliminada, lo que simboliza la "muerte masónica", que es un acto imposible.
El masón, como iniciado, se convierte en una "parte" espiritual de los otros masones.
¿Cómo, entonces, eliminar parte de ti mismo porque esa parte ha pecado?
El buen pastor deja a las 99 ovejas a salvo en el redil y sale en una noche tormentosa enfrentando riesgos en busca de la centésima oveja perdida; él la encuentra y con amor la lleva al redil, donde los otros 99, afligidos, se regocijan por el regreso del que creían muerto.
Nunca debemos juzgar a la ligera a un hermano; es necesario que la falla fuera en realidad grave; en este caso, se recomienda la auto eliminación, cuando el Mason moroso se duerma y algún día regrese al redil.
Antes de la eliminación general y definitiva, el Masón debe ser excluido de su Logia; después de que el Gran Maestro ratificará el acto y hará la comunicación al "mundo masónico" sobre esa eliminación.
Esotéricamente, sin embargo, ningún Masón puede ser eliminado, porque tiene como antecedente el ser iniciado; ¡La iniciación es un "nuevo nacimiento", es obvio que nadie puede eliminar ese nacimiento!
El francmasón que tiene la culpa, grave o no, debe ser juzgado, pero la sentencia nunca será eliminada, lo que simboliza la "muerte masónica", que es un acto imposible.
El masón, como iniciado, se convierte en una "parte" espiritual de los otros masones.
¿Cómo, entonces, eliminar parte de ti mismo porque esa parte ha pecado?
El buen pastor deja a las 99 ovejas a salvo en el redil y sale en una noche tormentosa enfrentando riesgos en busca de la centésima oveja perdida; él la encuentra y con amor la lleva al redil, donde los otros 99, afligidos, se regocijan por el regreso del que creían muerto.
Nunca debemos juzgar a la ligera a un hermano; es necesario que la falla fuera en realidad grave; en este caso, se recomienda la auto eliminación, cuando el Mason moroso se duerma y algún día regrese al redil.
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