El Recipiendario es aquel que es recibido ceremoniosamente, es decir, dentro de la ceremonia iniciática.
Por bueno que sea un ceremonial iniciático, el iniciado comprendió poco del ritual en el que participó o formó parte.
Alguna confusión es natural, ya que has escuchado tanto pero has visto muy poco, y el lenguaje que escuchas, siendo extraño para ti, ha barajado tus pensamientos.
Cuando cesa la emoción generada por la ceremonia, el iniciado es recibido por medio de "discursos" y aplausos.
Ni siquiera, si se le ofrece la palabra, puede considerarla; Solo está sorprendido, cansado y avergonzado porque no esperaba tanta consideración y fue honrado con tanta calidez.
En este punto, la persona ya no es un candidato y se llama Recipiendario, un nombre algo extraño y totalmente desconocido.
Esta denominación, sin embargo, dura unos momentos; al abandonar el templo, ya no es el Recipiendario sino pasa a convertirse en Neófito.
En la próxima sesión para asistir, pierde este título y se convierte en el Hermano Aprendiz y, ya completamente integrado en el grupo, sigue su destino.
Estos son momentos de emoción y felicidad que cada masón conserva y no olvida.
Por bueno que sea un ceremonial iniciático, el iniciado comprendió poco del ritual en el que participó o formó parte.
Alguna confusión es natural, ya que has escuchado tanto pero has visto muy poco, y el lenguaje que escuchas, siendo extraño para ti, ha barajado tus pensamientos.
Cuando cesa la emoción generada por la ceremonia, el iniciado es recibido por medio de "discursos" y aplausos.
Ni siquiera, si se le ofrece la palabra, puede considerarla; Solo está sorprendido, cansado y avergonzado porque no esperaba tanta consideración y fue honrado con tanta calidez.
En este punto, la persona ya no es un candidato y se llama Recipiendario, un nombre algo extraño y totalmente desconocido.
Esta denominación, sin embargo, dura unos momentos; al abandonar el templo, ya no es el Recipiendario sino pasa a convertirse en Neófito.
En la próxima sesión para asistir, pierde este título y se convierte en el Hermano Aprendiz y, ya completamente integrado en el grupo, sigue su destino.
Estos son momentos de emoción y felicidad que cada masón conserva y no olvida.
Comentarios
Publicar un comentario