La palabra se origina del latín: _sacrum_ y _facere_, que significa "hacer sagrado".
El vulgo usa la palabra como un acto doloroso de desapego, que no coincide con la etimología de la palabra.
Cuando el masón coloca su aporte en el saco solidario estará cometiendo un "sacrificio", es decir, haciendo su óbolo sagrado, o haciéndose sagrado, entregándose esotéricamente a los necesitados.
En los altares hebreos, los sacrificios consistían en la quema de ofrendas, porque el ligero olor a humo era agradable al Señor; Esta práctica que involucra fuego se llama Holocausto.
Cada vez que un masón intenta superar sus debilidades, se sacrificará al Señor; Esta actitud se convierte en un acto sagrado y, por lo tanto, sacerdotal.
Todo acto humano debe ser consciente; nada debe hacerse sin pensar; todo debe estar "armado" con precedencia en mente.
El vulgo usa la palabra como un acto doloroso de desapego, que no coincide con la etimología de la palabra.
Cuando el masón coloca su aporte en el saco solidario estará cometiendo un "sacrificio", es decir, haciendo su óbolo sagrado, o haciéndose sagrado, entregándose esotéricamente a los necesitados.
En los altares hebreos, los sacrificios consistían en la quema de ofrendas, porque el ligero olor a humo era agradable al Señor; Esta práctica que involucra fuego se llama Holocausto.
Cada vez que un masón intenta superar sus debilidades, se sacrificará al Señor; Esta actitud se convierte en un acto sagrado y, por lo tanto, sacerdotal.
Todo acto humano debe ser consciente; nada debe hacerse sin pensar; todo debe estar "armado" con precedencia en mente.
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