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LA FELICIDAD

El hombre tiene una única preocupación, la de ser feliz.

De conformidad a  la clase social a la que pertenece, la felicidad presenta gradaciones.

Es posible ser más o ser menos feliz; cada mejora, en cada terreno, da como resultado la felicidad; que para el masón es el resultado del amor fraternal que forma la familia masónica, con fuertes reflejos en la familia social.

Para el cristiano, la felicidad es tener a Cristo en el corazón, esta frase expresa también la filosofía masónica, porque exige el conjunto de satisfacciones que resultan de una vida virtuosa.

La felicidad no es grupal, sino individual;
La trilogía de salud, comida y entretenimiento, por el bien común, se convierte en suficiente felicidad.

Para los masones todavía es poco, porque el conocimiento, el desarrollo mental y la comprensión filosófica son complementos indispensables para alcanzar la felicidad, en armonía con el Gran Arquitecto del Universo.

La felicidad no es automática, debe lograrse pieza por pieza.

El camino más corto será el interés en hacer feliz al próximo, ya que la respuesta será una recompensa.

La felicidad es la prueba de una vida entera, enfocada en los demás y bendecida por el GADU.

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