Cada profesión tiene su herramienta específica.
En el aprendizaje masónico, el uso simbólico de las herramientas es necesario.
Solo la masonería simbólica, de acuerdo con la tradición de su comienzo operacional, enseña el manejo de la herramienta, inicialmente, para cortar la piedra en bruto y luego erigir un edificio de mampostería.
La Albañilería sugiere que haya estabilidad permanente, solidez y volumen arquitectónico.
Sería útil para el albañil seleccionar una herramienta determinada todos los días y "continuar" su trabajo como constructor.
El mayor desafío, experiencia y compromiso será construir tu propio templo interior.
El trabajo, por lo tanto, se dirigirá desde afuera hacia adentro y en el universo desde adentro (microcosmos), para erigir un templo digno de recibir, con amor, a sus Hermanos, para elevar glorias al GADU.
La mente humana, que es el tabernáculo místico e impenetrable de todo el Masón, debe tener su ocupación constante y recibir el resultado del trabajo, sintiéndose valorado y dándose cuenta de que la edificación espiritual avanza sin temor.
La herramienta, aparentemente, se presenta como un instrumento material; sin embargo, la herramienta espiritual está mucho más perfeccionada que el material ordinario.
El masón debe aprender a utilizar las tres herramientas espirituales.
En el aprendizaje masónico, el uso simbólico de las herramientas es necesario.
Solo la masonería simbólica, de acuerdo con la tradición de su comienzo operacional, enseña el manejo de la herramienta, inicialmente, para cortar la piedra en bruto y luego erigir un edificio de mampostería.
La Albañilería sugiere que haya estabilidad permanente, solidez y volumen arquitectónico.
Sería útil para el albañil seleccionar una herramienta determinada todos los días y "continuar" su trabajo como constructor.
El mayor desafío, experiencia y compromiso será construir tu propio templo interior.
El trabajo, por lo tanto, se dirigirá desde afuera hacia adentro y en el universo desde adentro (microcosmos), para erigir un templo digno de recibir, con amor, a sus Hermanos, para elevar glorias al GADU.
La mente humana, que es el tabernáculo místico e impenetrable de todo el Masón, debe tener su ocupación constante y recibir el resultado del trabajo, sintiéndose valorado y dándose cuenta de que la edificación espiritual avanza sin temor.
La herramienta, aparentemente, se presenta como un instrumento material; sin embargo, la herramienta espiritual está mucho más perfeccionada que el material ordinario.
El masón debe aprender a utilizar las tres herramientas espirituales.
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