En la jerga masónica, así es como se llama a los pedidos que deben llevarse a cabo de inmediato.
Las órdenes emitidas por los superiores jerárquicos no pueden ser cuestionadas, ya que se supone que son correctas y necesarias; obedecer es una disciplina saludable.
Las flechas también simbolizan los ataques que recibe el masón, pero que deben aceptarse con resignación y tolerancia; con la convicción de que no alcanzan una parte vital y que se desvían porque hay una resistencia espiritual.
El filósofo Huberto Rohden solía decir: “El mal que me haces no me hace daño; lo bueno que dejas de hacerme, te duele”.
El masón debe estar alerta a la recepción de agresiones y ofensas; aunque no hay necesidad evangélica de ofrecer la otra mejilla, el hecho de ejercer tolerancia es equivalente a esa máxima que la mente ordena y el espíritu acepta.
La joyería femenina ofrece flechas aisladas como adorno, que simbolizan la tolerancia.
En los escudos de la ciudad de Río de Janeiro siempre había flechas que recuerdan el sacrificio de São Sebastião, quien fue víctima, a pesar que su muerte no resultó de la flecha.
El masón considera que la tolerancia es una virtud.
Las órdenes emitidas por los superiores jerárquicos no pueden ser cuestionadas, ya que se supone que son correctas y necesarias; obedecer es una disciplina saludable.
Las flechas también simbolizan los ataques que recibe el masón, pero que deben aceptarse con resignación y tolerancia; con la convicción de que no alcanzan una parte vital y que se desvían porque hay una resistencia espiritual.
El filósofo Huberto Rohden solía decir: “El mal que me haces no me hace daño; lo bueno que dejas de hacerme, te duele”.
El masón debe estar alerta a la recepción de agresiones y ofensas; aunque no hay necesidad evangélica de ofrecer la otra mejilla, el hecho de ejercer tolerancia es equivalente a esa máxima que la mente ordena y el espíritu acepta.
La joyería femenina ofrece flechas aisladas como adorno, que simbolizan la tolerancia.
En los escudos de la ciudad de Río de Janeiro siempre había flechas que recuerdan el sacrificio de São Sebastião, quien fue víctima, a pesar que su muerte no resultó de la flecha.
El masón considera que la tolerancia es una virtud.
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