La Cámara de Reflexiones constituye el lugar ultra silencioso de una Logia, donde el Iniciado solo penetra una vez en su vida.
Está construido en un lugar escondido, fuera del conocimiento de los obreros, cuidadosamente camuflada, con una entrada secreta, lo más pequeña posible, el "vientre de la tierra", una cueva, gruta o una tumba.
La primera parte de la Iniciación se desarrolla en esta cámara, que, por este motivo, adquiere gran relevancia. Nadie puede ser Iniciado regularmente si no pasan un cierto tiempo dentro de esa cámara.
En términos generales, podemos describirlo como un recinto cuyas paredes y techo están pintados de negro; una mesa y un banco toscos; sobre la mesa, un reloj de arena, un tintero, un cráneo humano, un recipiente con sal, una vela encendida y papeles para llenar; en las paredes, tiras de papel con inscripciones alusivas al acto.
El candidato es introducido, con los ojos vendados, en el recinto; Cuando la puerta está cerrada, no hay ruido del exterior.
El iniciado medita.
Todo masón debería, al menos una vez, después de los años, volver a la cámara de reflexiones para un examen de conciencia y ser consciente de que, en realidad, es un masón.
Está construido en un lugar escondido, fuera del conocimiento de los obreros, cuidadosamente camuflada, con una entrada secreta, lo más pequeña posible, el "vientre de la tierra", una cueva, gruta o una tumba.
La primera parte de la Iniciación se desarrolla en esta cámara, que, por este motivo, adquiere gran relevancia. Nadie puede ser Iniciado regularmente si no pasan un cierto tiempo dentro de esa cámara.
En términos generales, podemos describirlo como un recinto cuyas paredes y techo están pintados de negro; una mesa y un banco toscos; sobre la mesa, un reloj de arena, un tintero, un cráneo humano, un recipiente con sal, una vela encendida y papeles para llenar; en las paredes, tiras de papel con inscripciones alusivas al acto.
El candidato es introducido, con los ojos vendados, en el recinto; Cuando la puerta está cerrada, no hay ruido del exterior.
El iniciado medita.
Todo masón debería, al menos una vez, después de los años, volver a la cámara de reflexiones para un examen de conciencia y ser consciente de que, en realidad, es un masón.
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