Para que un masón revele su carácter caritativo, es necesario despertar en él el sentimiento de altruismo y solidaridad, dirigiendo su interés hacia los demás, hacia el prójimo, hacia los necesitados.
La caridad es una de las primeras virtudes del cristiano, formando la trilogía: Fe, Esperanza y Caridad, que muchos traducen en amor, que en este caso se presenta como sinónimo.
Hacer caridad no es simplemente ayudar a otros, sino ejercer una virtud totalmente virtuosa.
Además del ejercicio individual de la caridad, la Logia en conjunto, a través del Hospitalario, hace caridad discretamente, en dos aspectos; Dar los óbolos recogidos en cada sesión o tenida a los necesitados; Brindar apoyo moral a los necesitados, buscando el enfoque para aliviar el sufrimiento.
El masón debe cultivar esta virtud comenzando como si fuera un hábito; el que extiende su mano, debe asistir; lo poco que se da puede aliviar la necesidad; cuando aparece un mendigo, el masón tiene dos deberes: el social y el que viene de su corazón.
La caridad, en sí misma, es un intercambio, porque quien dona recibirá (como dice la gente) dos veces.
Para cosechar, es necesario dar. Pero ... dar con amor.
La caridad es una de las primeras virtudes del cristiano, formando la trilogía: Fe, Esperanza y Caridad, que muchos traducen en amor, que en este caso se presenta como sinónimo.
Hacer caridad no es simplemente ayudar a otros, sino ejercer una virtud totalmente virtuosa.
Además del ejercicio individual de la caridad, la Logia en conjunto, a través del Hospitalario, hace caridad discretamente, en dos aspectos; Dar los óbolos recogidos en cada sesión o tenida a los necesitados; Brindar apoyo moral a los necesitados, buscando el enfoque para aliviar el sufrimiento.
El masón debe cultivar esta virtud comenzando como si fuera un hábito; el que extiende su mano, debe asistir; lo poco que se da puede aliviar la necesidad; cuando aparece un mendigo, el masón tiene dos deberes: el social y el que viene de su corazón.
La caridad, en sí misma, es un intercambio, porque quien dona recibirá (como dice la gente) dos veces.
Para cosechar, es necesario dar. Pero ... dar con amor.
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