De tinieblas colmado y solitario, despojado el vendaje de su frente creyendo -iluso-, encontrarse con la vida el aspirante se encuentra con la muerte.
De vanidades vanidad pomposa, ya transformada en gélida osamenta, carne corrupta convertida en nada el arrogante cuerpo en nada queda
Ruina de carnaval, fin del sentido, de pasiones hoguera y desenlace conclusión del orgullo en el silencio pavorosa sensación de metas vanas.
Defunción sempiterna de lo fatuo y en miserable trono descansando, yace la encarnación del vano anhelo y se convierte en pálido esqueleto.
Término permanente del delirio de eterna juventud que nunca ha sido fue de vida mortal y pasajera conclusión de vetustas esperanzas.
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