Se deriva del latín, Os, qué significa boca; se traduce como "besar", del latín _basiare_ o "tocar con los labios".
Como los labios son una parte muy sensible del cuerpo, cuyo tacto se acentúa para la selección de alimentos, esta sensibilidad se convierte en afecto.
En la antigüedad, el beso se intercambiaba entre miembros de la familia, más tarde, significó honor; es una de las expresiones más activas del sexo.
En algunos ritos masónicos, permanece el osculus de la fraternidad, que es depositado por el líder de la ceremonia en la frente del Neófito.
La intención del beso es "tocar" la mente, ponerle el "sello místico".
Besar, masónicamente, es "sellar".
El beso fraterno entre Hermanos, vino de Europa, donde los amigos se saludan a través del beso; esta costumbre surgió en los países árabes.
Socialmente, el beso se practica a gran escala y muestra afecto y afecto; sin malicia, se pega a los rostros.
La calidez del apretón de manos, el abrazo y el beso son expresiones comunes, que no escandalizan y fortalecen una amistad.
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